Carácter de la Orden Cartujana
Una Orden puramente contemplativa, libre de toda actividad apostólica
Nacida, pues, la Orden Cartujana de la irradiación del carisma otorgado por el Espíritu Santo a su Fundador, se puede definir como una orden eremítica, enteramente consagrada a la vida contemplativa. Una página de la Biblia que ilumina magistralmente la vida contemplativa y su misión perenne es la de Éxodo 17: Moisés rezando en lo alto del monte mientras sus dos compañeros, Aaron y Jur, le sostienen los brazos extendidos para que el cansancio no le obligue a bajarlos, lo que provocaría la derrota de los suyos… Manos en cruz que interceden desde la cumbre en favor de los que viven y pelean en el valle.
La Iglesia ha reconocido siempre nuestro carácter de Orden puramente contemplativa, dejándola libre de toda actividad apostólica, incompatible con él.
Por eso, todo en la Cartuja -cuerpo, alma, leyes, formación y espiritualidad- está referido y ordenado directamente al logro de ese fin.